domingo, 11 de marzo de 2012

Barrio de La Judería de Tarazona

http://www.dpz.es/turismo/monograficos/tarazona/Tarazonajuderia.pdf


HACE MÁS DE 500 AÑOS…
Barrio de La Judería de Tarazona
Sin ir más lejos

HISTORIA
La presencia judía se remonta a época visigoda e, incluso, al Bajo Imperio, consolidándose bajo dominio musulmán, si bien las noticias se multiplican después de la capitulación de la ciudad ante Alfonso I, monarca que en 1123 concederá al obispo diversos derechos sobre esta minoría.
En la “edad de oro” (1213-1283), Muça o Moshe de Portella, ejercerá un papel sobresaliente en la Administración. Baile de la aljama (1273) y de la ciudad (1276-77), controla la recaudación de impuestos y las fortificaciones fronterizas. En 1283, poco antes de su destitución, era una pieza clave de las finanzas de Aragón.

En la Guerra de los Dos Pedros, la judería fue saqueada por las tropas castellanas. Tras la reconstrucción y reasentamiento de los judíos en 1370, residirá el rabino tudelano Shem Tov b. Isaac Shaprut, después de su polémica con Pedro de Luna (1375), ejerciendo como físico.
La ciudad albergó un centro de traducción donde se vertían las obras del árabe al latín. En la actualidad se conserva un legado de códices hebreos en el Archivo Capitular. Las cruentas alteraciones de 1391 a penas se dejaron sentir gracias a la protección del concejo y a su peso económico, época en que habitan 200-275 judíos.

No existe constancia de conversiones masivas tras la Disputa de Tortosa (1413-1414), salvo entre los Azamel. La política proteccionista de Alfonso V les permitirá mantener un equilibrio institucional que proseguirá con Juan II, cuando la comunidad ronda las 400 personas. El clima de tolerancia se quiebra con la implantación del Santo Oficio en 1484. Entre las familias procesadas destacan los Santa Fe y los Santángel. Una vez decretada la expulsión en 1492, una parte emigra a Navarra (Tudela, Cascante…), mientras que un 40 ó 50% de la población opta por el bautismo.


LA ALJAMA
Desde los padrones de 1271, se incluye entre las comunidades de realengo, con una tributación media del 3%. Las primeras dificultades financieras se presentan al concluir el siglo, mereciendo la condonación de un tercio de la pecha. En el último tercio del siglo XIV, cotiza el 2% de los subsidios extraordinarios.  La organización interna de la comunidad —cuyos primeros testimonios datan del siglo XIV— se asienta en la asamblea, el Consejo y los adelantados o “muqdamim”, amén de diversos funcionarios (clavario, albedí, shamas, etc).
En el «regimiento de los oficiales» o “takkanah” promulgado en 1420, se establece que el Consejo se componga de nueve miembros, tres por cada uno los estratos sociales o “manos”. Su mandato, con vigencia anual, comenzaba en San Miguel, designando los salientes a sus sucesores. Sus funciones eran consultivas, salvo en lo tocante a la fiscalidad. Los adelantados, «siquiere jutges», debían ser conocedores de la legislación talmúdica («e mas scientes de tota la aliama») y conducirse con honestidad («e que no sean ignorantes, ni jugadores»). Esta instancia que condensa el poder ejecutivo, está formada por tres miembros —en ciertos momentos dos—, que también son competentes en la instrucción de causas judiciales; vigilan el cumplimiento de las observancias religiosas; y supervisan los hospitales, los fondos de caridad, etc.
Miguel Ángel Motis Dolader


EL BARRIO
El caserío más antiguo conservado procede de fines del siglo XIV. La “judería vieja” se asienta a los pies de la Zuda, ocupando un espacio acotado por el exterior de la barbacana y la acequia de Selcos, así como el mercado y la puerta del Burgo, abarcando las calles de Judería, Rúa Alta, Rúa Baja y Aires. Este barrio originario tenía diversos accesos: la Puerta de la Plaza Nueva (Plaza de España), la Porticiella (Rúa Baja) y la Puerta de la Zuda (Rúa Alta). En torno a 1450 se cita la “judería nueva”, prolongada a través de la cuesta de los Arcedianos hacia la plaza de Santa María, espacio público donde se celebraban los actos solemnes (exequias y coronación de los reyes, la Pascua o el “Sukkot”).

La aljama cuenta con dos sinagogas: la “mayor” y la “menor”. Respecto a la primera, el obispo expidió la licencia de reconstrucción en 1371 por el incendio sufrido tras la guerra. Se compone una sola nave cubierta con madera a doble vertiente, a la que se accede mediante un patio o “azara”. La «sinoga de mulleres» se segrega mediante una tribuna. El edificio fue objeto de diversas obras a mediados del siglo XV, ocupando probablemente el espacio donde se levanta la "Casa de Bécquer", en la Rúa Alta. Las menciones a la sinagoga menor son muy esporádicas.
Tan apenas se sabe nada del "miqweh", situado cerca de la acequia de Selcos y próximo a la sinagoga aunque con acceso independiente.
El fosar —ocupado por la antigua Fosforera y el Convento del Carmen— se emplaza entre la calle de Caldenoguea y el camino de Mataperros, en un promontorio que limitaba con la Plaza de la Almeora, cerca de la Puerta de la Carrera de Cervera y de la Puerta la Era. Ubicado extramuros, en terreno inculto, en declive y con los sepulcros orientados hacia Israel, es propiedad de la aljama y está limitado por una cerca.




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Catedral de Tarazona

Catedral de Tarazona
La Catedral de Nuestra Señora de la Huerta de Tarazona (provincia de Zaragoza), de planta gótica, es una de las construcciones más características del mudéjar en España, y una de las escasas catedrales edificadas en este estilo arquitectónico, junto con la de Teruel.

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sábado, 10 de marzo de 2012

Guía de la Judería de Tarazona

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                                                                           Tarazona Judía
              VER FOTOGRAFIAS JUDERIA DE TARAZONA               APELLIDOS JUDIOS DE TARAZONA




         Guía de la Judería de Tarazona (M.A. Motis Dolader)


       1.Contexto histórico

         Probablemente en Tarazona, como sucede en Huesca o Zaragoza, existió

         una pequeña comunidad judía en el período visigótico -e incluso
         bajoimperial-, que se consolidó bajo dominio musulmán. No obstante, las
         noticias documentales se multiplican después de su integración en el reino
         de Aragón, cuando alcanza su madurez y configuración definitiva.Tras la
         conquista de la ciudad por Alfonso I, se reconocen en 1123 al obispo de la
         sede los derechos tributarios y las lezdas de las tres comunidades que la
         habitaban, siendo hasta su extinción uno de los principales propietarios de
         la judería, con un patrimonio aproximado de veinte casas y diez tiendas.
         Sin embargo, su colectividad adquiere mayor importancia en la llamada
         "edad de oro" del judaísmo hispánico (1213-1283), caracterizada por el
         ascenso de altos funcionarios-proceso iniciado en el reinado de Jaime I
         (1213-1276) y consolidado con Pedro el Grande (1276-1285)- consagrados a
         tareas económico-administrativas, hasta el punto de que durante este
         período las finanzas de la Corona estuvieron controladas en gran medida
         por los judíos. Entre ellos destaca el turiasonense don Muça de Portella,
         que en la inmensa mayoría de los documentos adopta la grafía árabe
         frente al onomástico hebreo Moshe. En su primera aparición (1273) ostenta
         el cargo de alcaide y baile de la aljama judía de Tarazona, para pasar
         más tarde al reino de Valencia -donde fue baile de Morella, Onda,
         Peñíscola, Sagunto, Segorbe y Villarreal- y ser promovido en 1276-77 a la
         bailía y merinato de su ciudad natal. No sólo se ocupó de la recaudación
         de impuestos y de la consolidación de las fortificaciones fronterizas con
         Castilla y Navarra, sino que se implicó en la administración de rentas
         episcopales y nobiliarias. Sólo tres años antes de que las Cortes de 1286
         exigieran al soberano que fuese separado del cargo, su influencia se
         extendía por todo Aragón, siendo poco después asesinado en
         circunstancias todavía no esclarecidas. Su fortuna fue confiscada por
         Alfonso II para contribuir a los gastos de la conquista de Menorca, aunque
         un acuerdo posterior les permitió conservar su prosperidad económica, si
         bien a cambio de trasladar su residencia a las proximidades de Borja. Su
         hermano Ismael prosiguió desempeñando las tareas de recaudador (hasta
         1289), fue administrador privado del infante don Pedro y rab de los judíos
         del reino de Aragón con Jaime II. La familia mantuvo el privilegio que le
         permitía pagar tan sólo un quinto de los impuestos de la aljama, cuando
         hubieran podido afrontar todos los gastos de la comunidad. Cuando fueron
         privados de toda influencia en la administración, se mudaron al vecino
         reino de Navarra. Desde los padrones fiscales de 1271, la aljama figura
         entre las dieciséis comunidades de realengo de Aragón, con una
        tributación media del 3%. Poco después, en 1285, Pedro III ratifica la
         primera regulación comunitaria relativa al pago de impuestos de sus
         miembros. Las primeras dificultades financieras se presentan al concluir el
         siglo -al parecer residían en estos momentos unas dieciséis familias-,
         mereciendo la condonación de un tercio de los impuestos ordinarios, que
         entonces alcanzaban los 3.000 sueldos. Afrontan, asimismo, la cena de
         presencia, que en 1327 asciende a 66 sueldos 8 dineros -igual que Daroca,
         Jaca y Alagón- y la cena de ausencia -aplicada además a Zaragoza,
         Huesca, Teruel y Ruesta- que supone 200 sueldos. Al igual que en
         Zaragoza, Pamplona y Huesca existió un centro de traducción -de menor
         entidad que Toledo- donde se vertían las obras del árabe al latín. En esta
         misma época, y debido a la grave crisis socio-económica padecida, el
         kahal de Tarazona cotiza en torno al 1,9% de los subsidios extraordinarios,
         en posición cercana a Ejea de los Caballeros y Uncastillo. Con motivo de
         la Guerra de los Dos Pedros, la ciudad fue tomada sucesivamente por las
         tropas castellanas -frenadas sólo ante las fortificaciones de Daroca-, siendo
         la más cruenta la producida en el trienio 1357-60, suponiendo su práctica
         destrucción. La judería, evidentemente, corrió la misma suerte y fue
         saqueada. De hecho, el 13 de marzo de 1367, poco antes de trasladarse a
         las Cortes de Zaragoza y dada la proximidad de las tropas navarras y
         gasconas, Pedro IV se planteó la posibilidad de desmantelarla para que no
         cayera en poder del enemigo. Tras la dura reconstrucción -los primeros
         pasos para el reasentamiento de los judíos huidos data de 1370, según las
         órdenes en este sentido recibidas por el baile, aunque no surtan efecto
         hasta veinte o treinta años después-, residirá durante cierto tiempo el
         célebre rabino tudelano Shem Tov b. Isaac Shaprut, a comienzos de la
         década de los ochenta, después de haber polemizado en Pamplona con el
         cardenal Pedro de Luna (1375), futuro Benedicto XIII, ejerciendo en la
         ciudad como físico eminente. Las alteraciones o alborotos que azotan la
         Corona de Castilla y diversos territorios de Aragón no se dejan sentir en la
         ciudad, tanto por la protección del concejo -precisado de su apoyo
         financiero- como por la interacción socio-económica existente entre
         ambas comunidades, que los hacía necesarios después de los estragos de
         la peste y la prolongada contienda bélica reciente. De hecho, el año 1391
         se firmarán los capítulos de la "guarda de la judería" donde, mediante un
         pago anual de 200 sueldos, el concejo garantizaba la defensa de sus
         personas y patrimonios, así como la vigencia de los derechos forales como
         la presunción de inocencia. Si durante el siglo XIV la judería alberga entre
         200 y 250 personas (en torno a un 10 ó 15% del total), a fines de la centuria
         se identifican 108 personas, 55 de los cuales son varones mayores de edad,
         lo permite establecer una cota no inferior a 225 ó 275 personas. No existe
         constancia de conversiones masivas tras la Disputa de Tortosa (1413-1414),
         como sí sucede en las cercanas Daroca o Calatayud. En evitación de males
         mayores, el infante amparará bajo su protección a todos los dirigentes y
         miembros de la aljama, prohibiendo que fueran detenidos por cualquier
         delito, lo que le consolidarse frente al grave retroceso del judaísmo
         aragonés. Igualmente, la política proteccionista emprendida por Alfonso V
         , a través de medidas fiscales flexibles, le permitirá mantener un equilibrio
         socio-institucional que proseguirá con su sucesor Juan II.A mediados del
         siglo XV, a causa de la presión demográfica, se configura la "judería
         nueva", con lo que se incorpora un tercio más de suelo urbano, para una
         comunidad que grosso modo ronda las 400-450 personas. El clima de
         tolerante convivencia se quiebra tras la implantación del Santo Oficio, y
         en especial una vez que se crea el tribunal de distrito, poco después que
         en Teruel. Sus actividades comienzan en 1484 y se prolongan hasta la
         reorganización producida a la muerte de Fernando II, en que los
         procesados serán juzgados en Zaragoza. Entre las familias conversas más
         reconocidas destacan los Santa Fe, los Santángel y en parte los
         Cunchillos. Una vez decretada la expulsión general de los reinos
         hispánicos bajo soberanía de los Reyes Católicos, el 31 de marzo de 1492,
         gran parte de los judíos no convertidos emigra a la cercanas aljamas de
         Tudela (Juce Orabuena, Simuel Azamel, médico, etc.) o Cascante (Sento
         Amariello, rabino, etc.), con la que existen intensos vínculos comerciales y
         familiares, el 31 de julio. Aunque es difícil de cuantificar, se estima que se
         convirtió en torno a un 40 ó 50% de a población. De hecho, los bautizados
         siguieron retornando a sus hogares hasta 1499

.
       2.La judería

         El caserío conservado es posterior, en cualquier caso, a la reconstrucción

         emprendida por la Corona a fines del siglo XIV, una vez concluida la
         contienda castellana. Urbanísticamente se articula en dos barrios: un
         núcleo primitivo -la judería vieja- y una prolongación posterior o judería
         nueva. Una vez consumada la expulsión de 1492 este hábitat pasará a
         denominarse genéricamente Barrio Nuevo, como sucede en Zaragoza,
         Huesca, Daroca o Calatayud.


            a.Delimitación La "judería vieja" se asienta a los pies de la Zuda

              -símbolo primero del poder musulmán y luego del cristiano-,
              ocupando un espacio ligeramente descendente acotado por el
              exterior de la barbacana de la ciudad y la acequia de Selcos, así
              como el mercado y la puerta del burgo. Por tanto abarcaba las
              actuales calles de Judería, Rúa Alta, Rúa Baja y Aires, no superando
              el medio centenar de inmuebles. Este barrio, que no había sido
              trasladado después de firmadas las capitulaciones, se hallaba
              clausurado por diversas puertas que le servían de acceso: la Puerta
              de la Plaza Nueva (embocando con la Plaza de España), la
              Porticiella (en la Rúa Baja) y la Puerta de la Zuda (en la Rúa Alta).
              Una segunda fase expansiva -coincidente con la reimplantación de
              la judería de Daroca, por ejemplo- se inaugura con la "judería
              nueva", que no contaba con un muro que la delimitase, cuya
              primera mención explícita se sitúa en torno a 1450-55, en que cobra
              carta de naturaleza. Ésta se prolonga a través de la cuesta de los
              Arcedianos, su vía natural, para articularse en torno a la plaza de
              Santa María -"que antes diziase juderia nueva"-protegida en la parte
              más próxima al río Queiles por una barbacana. En este espacio
              público, según ratifican los judeoconversos, se celebraban los actos
              solemnes presididos por los rabinos que portaban los rollos de la
              Torah, como las exequias oficiadas por la muerte de Juan II o el
              júbilo por la coronación de Fernando II, al igual que determinadas
              celebraciones de Pascua y el Sukkot o Cabañuelas. Su efectiva
              segregación de la "cristiandad" se lograba a través de una puerta
              radicada en el último tramo de la calle Madorrán - a través de un
              sistema de doble cierre de puerta y arco- y una segunda, en el otro
              extremo de la plaza mencionada, en las proximidades de la parte
              baja del molino del Cubo.


            b.Espacios rituales El imperativo de la práctica religiosa genera una

              serie de espacios asociados a una cultura material específica por su
              carácter diferencial: las sinagogas, los baños rituales y los
              cementerios. En distinta medida se incluyen asimismo los centros de
              abastacimiento, al responder a las prescripciones de orden
              alimentaria: los hornos (pan ácimo para la Pascua) y las carnicerías
              o macellum, donde se expide la carne kasher sometida a una
              liturgia sacrificial especial o sehita. En las visitas pastorales del siglo
              XV se especifica sin ningún género de dudas que la aljama cuenta
              con dos sinagogas -se alude expresamente a "duas sinagogas
              ebreorum"- que ratifican las fuentes al distinguir la "sinoga mayor" o
              "de la aljama" frente a la "menor". Respecto a la primera, el obispo
              expidió la licencia de reconstrucción el 8 de septiembre de 1371, no
              tanto por su antigüedad como por el estado ruinoso en que había
              quedado a causa de la guerra, al haber ardido casi en su totalidad y
              haber sido objeto del pillaje de las milicias castellanas. Este espacio
              común destinado, por un lado, al culto, el estudio y las prácticas
              religiosas, y por otro, a las actividades cívicas, y tratándose de un
              lugar de reunión ("ubi congregentur", señala el obispo) -que no
              participa de la concepción de templo de las iglesias
              cristianas-presentaba una configuración arquitectónica muy sencilla:
              una sola nave -orientada hacia Jerusalem-, cubierta con madera a
              doble vertiente, a la que se accede mediante una patio o azara.
              Cuenta con una capacidad suficiente para albergar un centenar
              personas. Entre su patrimonio se inventarían dos séfer Torah o rollos
              de la Ley, siendo la plata sobredorada de sus keter o coronas
              embargada por Fernando II para satisfacer los impuestos ordinarios
              de la aljama antes de iniciar la Diáspora. Dispone de una cofradía
              en sus dependencias anejas, así como la "sinoga de las mulleres",
              segregadas de los hombres mediante una tribuna. La construcción -
              que colindaba con las viviendas del rabino- fue objeto de diversas
              obras de acondicionamiento y mejora a mediados del siglo XV.
              Según se deduce de la documentación conocida hasta ahora, en
              exceso ambigua, probablementes ocupara el espacio donde se
              erige la Casa de Bécquer, en la Rúa Alta. Por otro lado, las
              menciones a la sinagoga menor son muy esporádicas si bien, a
              juzgar por las dimensiones que tenía la análoga de Calatayud (40
              pies de longitud y 30 pies de anchura), se trataba de un edificio muy
              modesto. Tan apenas se sabe nada del baño de inmersión ritual o
              miqweh -en Sefarad sólo se conoce hasta ahora una prueba
              documental concluyente en Lérida-asociado, por ejemplo, con la
              purificación de la mujer menstruante, que es diferente de los
              establecimientos públicos, de tradición árabe o romana, utilizados
              por razones higiénicas por miembros de las tres religiones.
              Necesitaba contar con agua corriente permanente, procedente de
              algún curso o manantial cercano, por lo que debía situarse cerca de
              la acequia de Selcos, siendo muy factible que se tratase de una
              dependencia subterránea de la sinagoga o en sus aledaños, aunque
              con acceso independiente. Sólo unas futuras excavaciones 
              arqueológicas podrán o no corroborarlo. Las creencias religiosas
              condicionan el lugar destinado a las sepulturas -que ocupan cada
              una en torno a los dos metros cuadrados-, ubicadas invariablemente
              extramuros, ya que transmiten impureza. El fosar -ocupado por la
              antigua Fosforera y el Convento del Carmen- se emplaza entre la
              calle de Caldenoguea y el camino de Mataperros, en un suave
              promontorio que limitaba con la Plaza de la Almeora, cerca de la
              Puerta de la Carrera de Cervera y de la Puerta la Era, en la
              parroquia de la Losilla. Propiedad de la aljama y limitado por una
              cerca, se situaba en terreno inculto -en sus alrededores se
              cultivaban vides-, en declive y con los sepulcros orientados hacia
              Israel.


       3.La aljama y los órganos de poder

         La aljama, compuesta por los cabezas de familia, goza de cierto grado de

         soberanía, pudiendo promulgar ordenanzas y secamas que afectaban a
         diversos ámbitos de la vida. Una de ellas, por ejemplo, formalizada en
         1285, prohibía que sus miembros utilizaran ropa de tonos claros y pastel
         como símbolo de austeridad. La organización interna de la comunidad
         -cuyos primeros testimonios escritos datan del siglo XIV-se asienta en tres
         organismos colegiados básicos: la asamblea, el Consejo y los adelantados
         o muqdamim, amén de diversos funcionarios adscritos a tareas
         económico-administrativas (entre los que destacará el clavario, encargado
         de la percepción de los impuestos y de la llevanza de la contabilidad
         colectiva), judiciales (albedí) y religiosas (rabino, shamas, etc). En el
         "regimiento de los officiales" o takkanah promulgado por la reina doña
         María en 1420, "considerantes que ha hovido grandes mortalidades,
         guerras e otras perplexidades por las quales la dita aljama yes diminuida
         de personas", se establece que dicho Consejo se componga de nueve
         miembros, según los estratos que vertebran la sociedad, "tres de la mano
         mayor, tres de la mano mediana e tres de la mano menor". Su mandato,
         con vigencia anual, comenzaba el día de San Miguel, siendo los
         mandatarios salientes quienes cooptaban o designaban a sus sucesores.
         En general sus funciones eran consultivas, salvo en lo tocante a la
         fiscalidad, en que sus resoluciones eran decisorias. No en vano, la aljama
         posee recursos financieros propios que garantizan las prestaciones básicas
         de la vida comunitaria. Además de la sisa sobre el pan, la carne y el vino,
         según una ordinación de 1383, se aplica un impuesto de capitación
         (cabezaje) sobre el patrimonio familiar, así como sobre los rendimientos
         del trabajo personal (brazaje) y el préstamo, fundamentalmente, gravados
         con un tipo básico del 8 ó 10%. Los adelantados, "siquiere jutges", no
         podían tener entre sí un grado de parentesco prohibido ("que no sean
         ensemble de los parentescos que veda la ley judayca, el qual es daquia el
         segundo grado, assi como fillos de dos hermanos e semblantes"),
         debiendo ser conocedores de la legislación talmúdica ("los que son mas
         expertos en la ley judayca e mas scientes de tota la aliama") y conducirse
         con honestidad ("que sean de buena vida e honesta, e que no sean
         ignorantes, ni jugadores"). Esta instancia que condensa, en cierta forma, el
         poder ejecutivo, está formada por tres miembros -en ciertos momentos de
         la historia de esta institución sólo dos-, que también son competentes en la
         instrucción de causas y litigios internos, acogiéndose a las disposiciones
         rabínicas; vigilan el cumplimiento de las observancias religiosas; y
         supervisan los hospitales, los fondos de caridad, etc. ("feyto d'anima, o ad
         almosna, o spitales, o semblantes cosas").


       4.Actividad económica

         En el mundo agrario prepondera el viñedo (77%), seguido del cereal y las

         plantas textiles -lino y cáñamo- (13%), y a cierta distancia el olivo (10%),
         cuya producción en campañas de pertinaz sequía (1492) sólo generaba 25
         arrobas de aceite. Durante el siglo XV predomina el pequeño propietario,
         ya que mientras un 70% acredita una sola explotación, el 10% posee tres o
         más (Abraham Orabuena, Cahadías Abioxar y Yucé Orabuena). La riqueza,
         como sucede en Calatayud, se encuentra muy desigualmente repartida,
         pues un solo judío (Yucé Orabuena) concentra un quinto de la tierra. Una
         modalidad muy extendida entre los propietarios absentistas es la alcabala,
         que consiste en su arrendamiento enfitéutico entre dos y siete años, cuya
         rentabilidad como mínimo es el triple que el censo perpetuo que suelen
         utilizar los cristianos. El artesanado judío se vincula mayoritariamente con
         los artículos de consumo relacionados con la industria textil y de la piel.
         Algunas corporaciones de oficio, como los pelaires y los tejedores, son
         multiconfesionales, reflejando la cuota de mercado de cada comunidad
         productiva; así los cristianos controlan un 60% de sus miembros, mientras
         que los mudéjares un 10% y el 30% restante los judíos, muy por encima de
         su peso demográfico. Asimismo, cuentan con una clase mercantil muy
         activa capaz de gestionar una red de intercambios con Navarra, Castilla y
         Aragón, a través de agentes por cuenta ajena y de la apertura de
         sucursales que permiten la comercialización de los stocks de sus botigas
         especializadas en pañería -esencialmente tejidos de baja calidad
         destinados al mercado rural- y peletería. Entre estos patronos-almacenistas
         que controlan las distintas fases del proceso productivo y ostentan un
         puesto preponderante en el mercado crediticio destacan Hosua Ezquerra,
         Levi Pamplones y los hermanos Yento y Açach Avemoder. Son muy
         significativos de igual modo, como en Barbastro, los corredores de
         caballos o "bestias", que monopolizan la compraventa y el arriendo de
         équidos, esenciales para el transporte terrestre. El crédito, que sólo ejerce
         con regularidad una exigua minoría de la aljama, suele atender
         necesidades estacionales o coyunturales de agricultores-ganaderos y
         artesanos. En la segunda mitad del siglo XIV, sólo un 12% de los préstamos
         supera los 200 sueldos y más de un 60% ni siquiera 100 sueldos. Además, la
         estacionalidad es evidente, ya que la mitad de los contratos fijan un plazo
         de amortización trimestral, siendo nueve de cada diez los que no exceden
         los nueve meses. Estos préstamos de subsistencia se hallan expuestos a la
         insolvencia de sus deudores y sensibles a los períodos de crisis, lo que
         obliga a continuas moratorias o condonaciones reales. Ello explica que
         ante una inestabilidad política o el mero rumor de alteraciones, como las
         producidas en Castilla en 1391, reduzca el control judío de un 50% a un
         10%, por la típica inhibición del capital.






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Asociación Amigos de la Cultura Judía de Tarazona "Moshe de Portella"


Fotografias/Images 1
Rótulo en la Calle Judería de Tarazona.


Un arco en la Judería.

Palacio Judío de la familia de los  Santa Fé en Barrioverde Tarazona.


Calle  Barrioverde Tarazona.

Palacio Judío de la familia de los  Santa Fé en Barrioverde Tarazona


Palacio Judío de la familia de los Santa Fé en Barrioverde Tarazona


    

Una Calle de Judéria de Tarazona.




 Calle de Judéria en Tarazona.



Calle Rua Alta de Béquer donde estaba una de las puertas de cierre de la Judería.





Calle Rúa Alta de Bécquer  Calle mayor de Barrio Judío.
A la izquierda edificio de la antigua Sinagoga.



Un portal en la calle de la  Judéria en Tarazona.

 


Casas Colgadas sobre la Judería de Tarazona.
 
 
 


Calle de la judería.
 
 
 


Ventanas en la Judería de Tarazona