viernes, 1 de marzo de 2013

Un escaparate es ...... Javier Garcia

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Javier García, al frente de Azgar Burbujas, un derroche de creatividad

"Si un escaparate es incapaz de pararte, no dice nada, está muerto"

Javier García es responsable de Azgar Burbujas, premiado cuatro años seguidos por el público como mejor escaparate navideño
Javier García, nuestro nuevo personaje del mes, es la cabeza visible de Azgar Burbujas, comercio que durante cuatro años consecutivos se ha ganado el favor del público en el concurso de escaparates navideños. De hecho, las creaciones a pie de calle de esta tienda son un clásico. Javier, en todo caso, puntualiza que es sólo parte de un equipo en el que también cuentan, y mucho, su hermana Julia o trabajadoras como Mayte, Sheila y Paula. “Sería injusto que destacara uno solo”, argumenta. Hecha esta aclaración previa, queremos saber más sobre la magia de sus escaparates.

¿Qué siente con estos cuatro premios? Van a formar parte del paisaje navideño de Tarazona...
Sí (ríe). Ya es casi como una constante, ¿no? La verdad es que queremos estar siempre ahí, no nos proponemos ganar, pero sí gustar. Que vean tu escaparate y se paren a verlo, dar algo más de fiesta a las fiestas, si se permite la redundancia. Si un escaparate es incapaz de pararte, no dice nada, está muerto.

Pero es que, además, los premios los otorga el público.
Es increíble. Nos planteamos, incluso, hacer el escaparate sin presentarnos a concurso, porque cada año nos implicamos con la misma ilusión y no pensamos en premios. Y al final, eso sí, los clientes lo reconocen. Nos vota mucha gente de aquí y de fuera, y a todos ellos estamos muy agradecidos, porque para nosotros es muy importante que sea el público el que nos premie. Recibimos un apoyo constante con su voto, su felicitación y su visita.

¿Son unos particulares fabricantes de ilusión?
Se genera ilusión, es cierto. La intriga de qué vamos a hacer existe. La gente se acuerda de lo que hicimos las Navidades pasadas y compara si cada vez es mejor o peor.

Recuerde a todos los lectores, ¿a qué se dedica su negocio?
A la decoración en baños y a las instalaciones de fontanería y calefacción. A excepción del primer año, en el que hicimos un árbol de Navidad con grifos, el resto no tenía mucho que ver con la fontanería. Sí con el agua; obviamente, tenemos unos conocimientos... Hemos realizado también un Papá Noel duchándose, un bosque con agua que corría y, este último año, era todo nieve.

Con la importancia que tiene el agua en Aragón.
Tarazona, de hecho, se caracteriza por su calidad de agua y aquí tenemos un nacimiento propio. El agua del grifo se puede beber y es de gran calidad. Nosotros, además, no derrochamos, ya que siempre la reutilizamos mediante un circuito.

¿Qué tal funciona el escaparate como gancho?
Lo que expones igual no tiene motivo de venta, pero cuenta. Hay gente que ha venido de propio a ver lo que hemos hecho y luego se ha llevado cosas de la tienda. Y gente que ha visto el escaparate por una u otra razón y vuelve al poco tiempo porque vio algo que le encajaba. Así que, en efecto, sí vendemos más a raíz de ello. Hay que tener en cuenta sobre todo que el escaparate hay que cuidarlo, es la ventana de la tienda. Y a veces nos empeñamos en que aparezca todo lo que vendemos, pero eso es un error.

¿Cómo surgió esta afición? ¿Han estudiado algo de escaparatismo?
La verdad es que no. A mi hermana Julia siempre le ha gustado mucho. Nos fijamos siempre en lo que hace el resto, lo que realizan fuera, siempre captas algunas ideas.

¿Son así de creativos el resto del año?
Sí, seguimos haciendo cosas, aunque yo me mantengo más al margen. Para Semana Santa, mariposas de papel para la primavera o en verano. Siempre.

¿Esto beneficia al conjunto del comercio local?
Nos ayudamos entre todos. Cada cual tiene que comer y quiere que su escaparate sea el más visitado, pero a la vez tenemos que colaborar entre todos. Creo, sinceramente, que no hay rivalidad, porque se trata de cooperar para que la gente compre en Tarazona.

¿Todo lo que han hecho es efímero?
No, de hecho, algunas creaciones las guardo. Por ejemplo, el árbol de grifos, o la bañera que usó Papá Noel, que tendrá más de cien años...

Este año también tendremos escaparate de Azgar.
Haremos algo, seguro. Todos los años nos reunimos unos 15 días antes del concurso y entre todos proponemos ideas. Cada uno aporta su propuesta,luego valoramos la más realizable y la llevamos a cabo, a pesar de que sea complicada. Por ejemplo, el año de los grifos, nos costó mucho que el agua al final saliera por donde queríamos y sin salpicar. Todo eso conlleva mucho rato.

Esto tiene que suponer un plus de diversión en la tienda...
Ilusiona a la hora de trabajar, por supuesto. Fomenta la creatividad y sabemos que es algo ajeno a la venta, pero lo hacemos porque nos gusta. Y sí, nos divertimos. Lo importante, reitero, es que la gente lo disfrute, que sirva para que nos visiten algún día, porque una tienda sin clientes no es nada. El tema está complicado, lo sabemos. Si todo esto nos ayuda para vender más, genial, pero nos damos por satisfechos aunque sólo sirva para levantar el ánimo. Si conseguimos eso, para qué más.